La curiosidad es la base de todo aprendizaje autonomo, constituyendo una excelente herramienta para la investigación, construcción, desarrollo y profundización de conocimientos. El deseo de saber es el combustible de la motivación intrínseca, cada vez que se siente el deseo de conocer, saber, averiguar, se están desarrollando aprendizajes de manera consciente o inconsciente, estos nuevos aprendizajes se integran a las estructuras mentales, modificando o enriqueciendo los conceptos que albergamos.
El entorno, o contexto inmediato es la mejor aula para desarrollar y estimularr la curiosidad, esto nos permite integrarnos, ser parte de un todo, saber que no somos individuos movilizandonos como ruedas sueltas sino que pertenecemos a una sociedad que necesita de cada individuo que la conforma para desarrollarse y evolucionar.
La curiosidad, contrarresta el aburrimiento, la vision simplista de las cosas, y empodera a los individuos al otorgarles mayores niveles de satisfacción, al encontrar mayor sentido a todo lo que lo rodea, al porque de las cosas y al para que, nos ayuda a redescubrinos, a desaprender y aprender, la curiosidad refuerza la capacidad de obtener logros, cumplir metas, acerca al individuo a nuevas experiencias, que lo ayuden en su crecimiento personal.
En fin, las bondades de esta herramienta de exploración son inagotables como lo puede ser la misma curiosidad.
Cultivemos La curiosidad como herramienta de exploración y ayudemos a nuestros hijos a ver, en su curiosidad bondades que los lleven a volar muy lejos sin necesidad de alas.
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